lunes, 12 de marzo de 2012

Cine Europeo de los años 20



Durante la Europa de los años 20 se desarrollan numerosos movimientos artísticos que influyen de manera determinante en el cine, como el expresionismo que acentúa las experiencias subjetivas del ser humano, el realismo que consistía en la representación gráfica de una figura, objeto o paisaje, el simbolismo que consistía en plasmar sueños, visiones y pensamientos en el lienzo, el cubismo en el que se descomponen todos los objetos en formas geométricas… Además aparece una nueva objetividad que se opone al expresionismo, solo acepta la forma de representación clara y nítida, el foto-montaje, es decir, la unión de fotografías o productos impresos en un collage…


Gracias a los movimientos artísticos, numerosos jóvenes directores, con gran cantidad de ideas teóricas y creativas, ofrecen multitud de películas que dejarán huella en generaciones posteriores.

En Francia, se asume además de sus películas un compromiso teórico, impulsando el cine-club. Estos cine-clubs dieron la oportunidad de difundir los trabajos audiovisuales por medio de una programación organizada, buscando la calidad. Este sistema se refuerza con programas de mano, fichas de información e incluso ensayos, publicando algunos libros y desarrollando nuevas técnicas narrativas que se anticipan en el tiempo el cine  de espectáculo. Son años dominados por el futurismo y surrealismo de Germaine Dulac, Luis Buñuel y Salvador Dalí

Alguno de estos libros y películas son: “Buenos días, cine” de Jean Epstein en 1921 que habla de las posibilidades creativas de la cámara y de otros recursos expresivos, la película de “Napoleón” de Abel Gance, en 1927, ofrece grandes innovaciones técnicas, entre otras la pantalla múltiple, anticipo del sistema Cinerama.



En Alemania, aparecen recursos importantes de la mano de la productora UFA, lo que propicio que se abordaran películas de diversa consideración: a caballo de cine comercial, de gran espectáculo… Son proyectos intimistas, sustentados por el expresionismo y la puesta en escena. Además de aportaciones realistas y melodramáticas de la Nueva Objetividad.

Los proyectos mas importantes fueron dirigidos por: Lubitsch por “Nosferatu el vampiro” en 1921, Friederich W. Murnau por “Fausto” en 1926, George W Pabst por “La calle sin alegría” en 1925.






A partir de la revolución rusa en 1917, empiezan a aparecer numerosas e importantes aportaciones teóricas como la objetividad de la cámara, recogido en el libro “cine ojo” de Vertoy, Lev Kulechov  desarrollo la teoría del montaje en sus laboratorios, y el grupo de la Fabrica del Actor Excéntrico, opuestos a la objetividad de Veltroy.
Además de estos cabe destacar al gran Sergei M. Eisenstein, director que supo aprovechar y enriquecerse de las aportaciones de directores de todo el mundo para construir un cine de gran efectividad plástica e ideológica. Destacan obras como “La huelga” en 1924 y “Octubre” en 1927.




En otras cinematografías, las aportaciones individuales no obtuvieron gran éxito.
EL cine italiano por ejemplo, después del éxito conseguido con las grandes producciones históricas de la década anterior (modelo peplumentre), solo consiguen una cierta representatividad gracias a la presencia en sus producciones de ciertas actrices como Francesca Bertini o Lyda Borelli






En Suecia se mantiene el drama nórdico, sostenido por directores como Víctor Siostrom y Mauritz Stiller, directores que marcharan a trabaja a Hollywood durante esta década, y en la del danés Carl Theodor Dreyer que firma una de las películas mas importantes de estos años: “La pasión de Juana de Arco” en 1928.


En cuanto al cine Español, intenta encontrar una cierta estabilidad industrial y aprovecha ciertos temas populares para consolidar su producción. Destacan películas como: “La verbena de la paloma”, “La casa de Troya”…




Escrito por: Raúl Palacios Ramos

BIBLIOGRAFIA



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